Y sí, porque con eso de que hay juegos que jamás jugaríamos no vamos a ningún lado. Aquel que esté libre de haber jugado si quiera menos de cinco veces al Q*Bert en la Nintendo (o en su defecto, la Family Game), o que pensó que el Prince of Persia de la Sega Génesis tenía realmente un buen arsenal de movimientos, y era entretenido de jugar; que revolee el primer cascote.
Nadie está a salvo de los videojuegos pedorros, y en el Random 4 del día de la fecha vamos a hacer un pequeño listín de aquellas aberraciones virtuales que ni deberíamos siquiera conocer, pero que de alguna manera nos incitan a jugarlos. A saber:
Honestamente, no creo que a nadie se le hubiera ocurrido jugar al primer Sims más de cuatro minutos seguidos, pero cuando salió la segunda parte con sus modelos 3D y la idea de ir cambiando de Sims continuamente, y no tener que bancar al mismo pelotudo con la misma cara todos los putos días, parecía cautivadora.
Gran error, joven Padawan... Gran error.
Argumento: No tiene (posta).
Por qué lo jugamos: Porque tiene su encanto... O a lo mejor para crear personajes del carajo y ponerlos a vivir en un entorno monótono, cotidiano y jodidamente embolante (para aburrirse a los 15 minutos y ponerse a jugar al God of War).
Qué tiene de random: Lo único que hacés durante el juego es controlar la rutina de una o más personitas virtuales simultáneamente; y la única forma de terminar el juego es matarlos a todos (lo que por lo general requiere bastante tiempo sin hacer nada)... No sé, vos fijate.
Nivel de frikismo: Casi bajo te diría, pero mientras más expansiones tenga, más friki se pone
Puntuación: 6 / 10
¿A que nunca viste a la familia SoR tan monona y tridimensional?
El primer Mortal Kombat en 3D; aquel momento de debilidad de Lord Boon y Lord Tobias en el cual decidieron que sería una buena idea sacar un Mortal Kombat en éste formato. Al igual que con el Sims 2, flipamos de una manera estratosférica, para después ver el resultado final y acotar un único "dude... what the fuck is this shit?".
Argumento: Puff... Si tuviera que contarlo todo. Básicamente cagar a piñas al rival, el resto es muy largo de contar (algún día hablaré de ello, palabra).
Por qué lo jugamos: Pueden existir dos razones; la primera sería desbloquear a Meat, que es más difícil que la mierda; y la segunda sería ver qué tan rápido se puede pasar el juego con el inútil de Sub-Zero (y probar así que hasta un mono con un parche en el ojo podría pasarlo).
Qué tiene de random: Dicen que a veces aparece Noob Saibot.
Nivel de frikismo: Fatality
Puntuación: 4 / 10
Ni siquiera es un personaje original... Me pregunto qué fue lo que le vi de interesante.
En realidad muy pocas personas deben tener conocimiento de éste juego, y es que es tan malo que nadie debería conocerlo. Imaginate una mezcla pedorra entre Sonic the Hedgehog y Greendog, con algunos toques de Steven Stiffler y la pelusa en el ombligo de Víctor Hugo Morales a modo de barba; ponela en un videojuego de desplazamiento lateral y fijate si la podés remar piola.
Argumento: Ni la más puta idea; nunca se me dio por intentar pasar el primer nivel.
Por qué lo jugamos: Definitivamente, por la música encarnizadamente pegadiza del primer nivel.
Qué tiene de random: Algunos toques humorísticos al principio, pero nada más.
Nivel de frikismo: Poco, qué se yo... Es una cagada.
Puntuación: 2 / 10
¡Vamos todos! dun, dun-dun dun-dun...
Y es éste; lo más de lo más, lo tope de lo tope. De alguna manera debería estar relacionada con la primera de Duro de Matar, pero como se ve que les daba paja meter un argumento parecido directamente lo pusieron a McClane en el medio del edificio cagando a tiros a los hijos de puta de turno. De vez en cuando aparece el alemán pedorro ese, pero nunca trae buenas noticias el sorete.
Argumento: Se, claro.
Por qué lo jugamos: Para ver si en algún momento, después de los setecientos ochenta millones de flacos que matamos, el bueno de John se digna a tirar un "yippie kay yay, motherfucker" for teh lulz.
Qué tiene de random: Y... Para que Bruce Willis se haga un quincho como el de nerca que usó la otra vuelta no alcanza, así que vamos tiesos por ahí.
Nivel de frikismo: Casi nada, es bastante normalito.
Puntuación: No se la merece.